Somos mar, somos fuego, somos sal
otras veces solo hojarasca
entre el viento que solo juega
y revuelve nuestras ideologías
llevándonos a donde no queremos estar.
Somos dulce sacrifico
ante el mundo brutal,
que arrebata nuestros
versos ilustrados en papel,
que borra poesías enganchadas
en cada portal.
¿Podrá el negro de la noche
corroer lo que vivimos?
¿Cerrara este capítulo
dejando nuestra historia atrás?
Juego cruel de mi mente
que enloquece de solo pensar,
verso que escribo en prosa
por el miedo ilógico que me atormenta ya.
Perdón lucero de mi cielo
perdóname ya, esta falta de respeto,
este tormento que me atraviesa
y me hace desvariar.
Amárrame al filo de tu cuerpo
atraviésame el alma con un beso
desafíame a seguir contigo
hasta convertirme en un sacrificio inmortal.
siento celos de el ángel que se adueña de tus versos
sábado, 7 de agosto de 2010
DULCE SACRIFICIO
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